El ecoturismo es un tipo de turismo con las mejores perspectivas de futuro en el mundo y Rusia no es una excepción. El número de sus seguidores crece continuamente. Este tipo de turismo retorna energía a los urbanitas que restablecen su vitalidad en contacto con la naturaleza. Además, trabaja para preservar el medio ambiente lo cual lo hace beneficiosos para los residentes locales.
El ecoturismo en Rusia tiene un potencial muy considerable porque aquí, como en ningún otro país del mundo, se practicaba históricamente el turismo deportivo e improvisado, equiparable a la variante occidental de viajes de aventura. Hacia 1989, aproximadamente 20 millones de rusos se dedicaban a este tipo de actividades, y aunque no pertenecían estrictamente al movimiento ecologista, sí cuidaban de la Naturaleza en su mayoría.
La naturaleza de Rusia, con su vasta geografía, tierras vírgenes y singular diversidad paisajística, ofrece oportunidades muy amplias para el ecoturismo. Hay 35 parques naturales que ocupan una superficie de 6.925.696 hectáreas, ó un 0,4% del territorio nacional. Nueve parques, ubicados en las inmediaciones de grandes ciudades, reciben al año alrededor de 1,5 millones de visitas. El parque natural del Elbrus, que se encuentra en el Cáucaso y se especializa en el turismo de montaña y el esquí alpino, es visitado anualmente por 300.000 personas. También hay lugares en que se preservan las formas tradicionales de la economía aborigen, de gran valor ecológico y cultural, por ejemplo, en Siberia, en el norte del país y en las zonas montañosas.
La UNESCO ha incluido en su lista del Patrimonio Mundial cinco sitios de Rusia: Los bosques vírgenes de Komi, El Lago Baikal, Los volcanes de Kamchatka, las montañas de Altai y el Cáucaso occidental. En estas regiones, el turismo medioambiental favorece la protección de la naturaleza, el crecimiento del empleo y el desarrollo económico sostenible. Además, Rusia posee otras muchas instalaciones turísticas atractivas para el ecoturismo.